La familia de Akram M. huyó de Pakistán cuando quemaron su casa por ser católicos.
En España encontraron un nuevo hogar donde practicar en libertad su fe cristiana.
Sin el Estatuto de refugiados, las vidas de Akram, su esposa y sus cuatro hijos corren peligro.
Es una pena tener que dejar tu tierra, tu casa y tu familia, para poder practicar tu Fe o para que no te maten por tenerla. De todas formas, me alegro que ahora puedan practicar con tranquilidad y en paz. Un abrazo
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