El Adviento (del latín: adventus, "advenimiento",
"llegada"), es un tiempo de preparación para
el Nacimiento de Jesucristo, en Belén, y representa los
cuatro mil y más años que estuvieron los antiguos
aguardando y suspirando por la venida del Mesías.
La
institución del Adviento como tiempo preparatorio para
Navidad, data, en España, de fines del siglo IV, según
consta por un canon del concilio de Zaragoza celebrado el año
380, y en el resto de Occidente, de principios o mediados del
siglo V.
Vino
entonces como a reafirmar la doctrina de los concilios de Éfeso
y Calcedonia, proclamando el dogma de las dos naturalezas, divina
y humana, en la persona de Jesucristo, contra la herejía
cristológica de Nestorio y Eutiques, y a dar mayor relieve
en la Liturgia al misterio de la Encarnación y al de
la Maternidad de la Virgen.
Hoy
día comienza el Adviento el domingo más cercano
a la fiesta de San Andrés (30 de noviembre), o sea, entre
el 27 de noviembre y el 3 de diciembre, y abarca, por lo tanto,
tres semanas completas y parte de la cuarta.
Al
principio varió su duración según las liturgias
y los países, notándose una tendencia casi general
a equiparar el Adviento con la Cuaresma, en el tiempo y aun
casi en el rigor. En las Galias y en España, por ejemplo,
y en rito ambrosiano, empezaba el Adviento el día de
San Martín (11 de noviembre), y se prescribían
como obligatorios para los fieles, dos, tres y hasta cuatro
ayunos semanales y casi diarios para los monjes. La disciplina
actual sólo prescribe el ayuno con abstinencia el miércoles,
viernes y sábado de las IV témporas, y la Vigilia
de Navidad , y en muchos países, en virtud de Bulas e
Indultos particulares tan sólo sobrevive el último.
Asimismo, para semejarlo todavía más con la Cuaresma,
en los últimos días se cubrían las imágenes
y altares, igual que en Pasión.
Por
asociación de ideas, a la primera venida de Jesucristo
a la tierra, en carne mortal, une la Iglesia el pensamiento
de la segunda, al fin del mundo; y, en consecuencia, el Adviento
viene a resultar una preparación a ese doble advenimiento
del Redentor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
no te marches sin opinar