viernes, 2 de mayo de 2008

2 de Mayo:mes de María


Conocer y amar a María

"Los primeros cristianos, a los que hemos de acudir siempre como modelo, dieron un culto amoroso a la Virgen. En las pinturas de los tres primeros siglos del Cristianismo, que se conservan en las catacumbas romanas, se la contempla representada con el Niño Dios en brazos. ¡Nunca les imitaremos bastante en esta devoción a la Santísima Virgen!"

(San Josemaría Escrivá)



Seguiremos dia a dia tratando de penetrar en las virtudes de María, "Totta pulcra".La pureza es un valor desestimado en esta sociedad donde con ritmo trepidante se intenta vivir como si todo hubiera de ser vivido durante la vida terrenal, se utiliza el tiempo de merecer como un tiempo de disfrute y de placer. En cuantas ocasiones no he oido esta aseveración y porque no decirlo, yo mismo la he pronunciado "lo que se han de comer los gusanos, que lo disfruten los cristianos" . Craso error, rectificar es de sabios, la sensualidad aislada asiste a la perversion del intelecto[...]La raíz última de la impureza no es un impulso fisico. Es una especie de desintegración espiritual de un ser orgulloso, que no tiene a Dios en su vida o no lo tiene suficientemente. (José Morales ,"Madre de la Gracia).
En el hombre , que es ante todo una persona, la vitalidad se corrompe en cuanto el corazón deja de estar unido al Espiritu ( Romano Guardini).
¡Que desolaora y destructiva es la busqueda del eros por si solo!. El placer esteril es como pasar el arco por las cuerdas de un violín y no recibir música; es como sumergir un remo en el agua y no provocar movimiento (Malcom Muggeridge)

SPalmera virginal de esbelto y recto fuste,
surtidor de cristal de carne inmaculada,
obelisco con hambre de altores azulencos,
torre de marfil clara que al blando viento te alzas.

Prodigio de Dios eres insólito, María,
cabe el fulgente río junco sin carne grávida,
con proa al infinito tenso mástil de nave,
tronco sin ramas crasas que hasta la tierra bajan.

El cielo, de Dios casa, Te proclama por suya,
que de Dios fuiste casa, oh Bella entre las bellas,
y así al cielo te empinas en las palmas de ángeles.

¿A quién pedirá el lirio su gracia y su belleza?
¿A quién la gaya flor su aroma y colorido?
¿Y a quién -Tú, Asunta- el monte su impoluta pureza?

P. Antonio Márquez Fernández, S.D.B.

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