Si por un instante nos paramos a pensar y nos constituimos en observadores objetivos de la realidad, podremos llegar a descubrir, que la labor de “educación” y “culturización” a la que se refería Mao, avanza como un río caudaloso, lenta pero segura. Abarca no solo la prensa, el cine “Urge difundir la luz de la doctrina de Cristo. Atesora la formación, llénate de claridad de ideas, de plenitud del mensaje cristiano, para poder después trasmitirlo a los demás.
No esperes unas iluminaciones de Dios, que no tiene por qué darte, cuando dispones de medios humanos concretos: el estudio, el trabajo”.
(San Josemaría Escrivá, Forja 214)
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