viernes, 22 de septiembre de 2006

Garzas



No una, miles de gráciles garzas

me saludan alzando sus albos gorjeos.

El sudor con brillo de grilletes se eleva

desde las espaldas morenas

y una niebla espesa escapa en bocanadas

desde la verde y húmeda floresta.

Cae el agua dulce, vital y doliente.

Fragancia de guayabos.

El alma se aligera.

Mis párpados se cierran, deseando atesorar

el secreto de la garza.

2 comentarios:

  1. Anónimo5:20 a. m.

    Bonitas fotos, ¿de dónde son?

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  2. Muy lindas fotos y lindo poema . gracias por tus visitas.

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