No se agota con este escrito la experiencia espiritual de Balduino de Ford, pero no pretendo hacer un tratado sobre el personaje, solamente mostrar que la búsqueda del hombre de ayer , es la misma que la del hombre de hoy, que ayer, hoy y mañana no son criterios de certeza , si no adverbios de tiempo y, que el hombre de hoy que desprecia en su búsqueda la experiencia del hombre del ayer, pone su ignorancia a la altura de su necia suficiencia, seguiré mostrando en el blog lecciones del pasado que son de rabiosa actualidad, pronto mostraré como simple incitación a la búsqueda personal de cada uno, algunos retazos de la figura y el pensamiento de Ibn Arabí poeta nacido en 1165, Murcia (España) y fallecido en 1240 en Damasco, Siria . Y ahora sin más, pasemos a la experiencia de Balduino de Ford.
Balduino, constata que, incluso en la oración,el corazón es tan volátil como una mariposa. Está en todas partes y en ninguna y se escapa continuamente. Esto es señal de que todavía no ama a Dios tan perfectamente como Él quiere: con todo el corazón.
Mientras tanto hay que amar a Dios y adorarlo imperfectamente. Si se hace con sinceridad y si uno ofrece su corazón a Dios en la medida de sus fuerzas, Dios lo recibe y lo hace nuestro. Cuanto más uno entrega su corazón a Dios, tanto más el corazón se vuelve nuestro.
Amar al Señor perfectamente con todo el corazón significaría dirigir hacia Él todos los pensamientos, todos los afectos y todas las intenciones y mantenerlos en Él sin que se salgan de ese centro divino.
Sería, además, arder interiormente, con todos sus meollos, del fuego del amor. Pero esto no está en el poder de la debilidad humana.
Ya que no podemos amar como deberíamos, tratemos, por lo menos, de hacerlo en cuanto somos capaces, con las fuerzas que tenemos y, poco a poco, amaremos más perfectamente con un corazón cada día más nuestro.
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