lunes, 16 de marzo de 2015

La Tierra del Maestro: Un viaje Espiritual a Tierra Santa (I)

Terminal T4-Aeropuerto de Barajas
Los caminos del Señor son inescrutables y, lo llevan a uno donde no espera, cuando menos se lo espera.
 La historia que voy a relatar comienza cuando el vicario de mi parroquia, un franciscano enamorado de su vocación y guía de Tierra Santa, me llama para resolver un asunto relacionado con la economia parroquial- de la que soy responsable- y, tras solventar la cuestión, me dice con su forma de hablar escueta y directa ¿quieres ir a Tierra Santa? me quedo un tanto desconcertado y pregunto ¿cuando? la respuesta es instantánea , el viernes de la próxima semana. Desconcierto y posterior consulta con Begoña -mi compañera y esposa desde hace casi treinta y un años- su respuesta fue también inmediata ¡no lo dudes! y así la madrugada, del 27 de febrero del año de gracia de 2015, nunca mejor dicho, me encuentro en un autobús camino de la terminal T-4 del aeropuerto de Barajas.
 No conocía a nadie del que luego, ha resultado ser el grupo de personas más maravillosas que uno pueda encontrarse de un modo fortuito, treinta personas de distintas edades , nacionalidades y condición. 
A la hora prevista, estaba ante los mostradores 907 al 909 de la compañía aérea Iberia , esperando para realizar la facturación y el embarque y, sin darnos cuenta, a las 10:20 horas nos encontrábamos acomodados en el interior del vuelo IB.3316 Madrid/Tel Aviv.

Aeropuerto Ben Gurion

Durante el vuelo, un còctel de emociones, pensamientos e incredulidades giraban en mi mente, por un lado, no podía creer lo que estaba sucediendo, por otro lado, era una certeza, me encontraba rumbo a la Tierra del Maestro.
 A las 16:10, la hora prevista , el vuelo, tomaba tierra en el aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv. Ya estábamos  en el país de Jesús. Cada unos tendría sus motivos, el mío era un viaje espiritual con una frase que me martilleaba la mente y el corazón ¿que quieres de mi Señor? ¡Señor que vea!.
 Íbamos a adentrarnos en la tierra de Jesucristo, no solo en su historia y monumentos, sino también en la vida y costumbres de sus habitantes hace mas de dos mil años.Allí nos esperaba "Abuna" Miguel Cobo, un franciscano enjuto, blancas barbas y un natural nerviosos, era nuestro guía en esta aventura, y tras subir al autobús o el colectivo como le llamaba abuna Cobo, emprendimos
Camino hacia Nazaret

 gozosos el camino hacia Galilea , región privilegiada . "Fecunda y feraz" la llamaba Flavio Josefo y un proverbio rabínico decía que es mas fácil nutrir una legión en Galilea que en Judea a un muchacho" y, comenzando a obscurecer llegamos a Nazaret. A Nazaret en el tercer evangelio se la llama ciudad  (Lc 1,26) pero en tiempos de María , era una aldea insignificante, un sencillo caserío.

Arriba la Basílica de la Anunciación

Camino del hotel "Golden Crown Old City" se divisa como un faro, la cúpula de la Basílica de la Anunciación. A Nazaret san Agustín la llamo "La flor de Galilea" como una flor en el tronco de Jessé (Isaias 11,1) pertenece a la baja Galilea -380 mts. sobre el nivel del mar, rodeada de montes y colinas donde florecen plantaciones de higos, granadas y otras frutas.


Tras la cena en el hotel y un breve paseo por la ciudad, nos dispusimos a descansar para afrontar el primer día de nuestro periplo.

(Apoyado en textos de La Tierra del Maestro de Francisco Mª.López Melús (1922 +2014) homenaje a un entusiasta estudioso de la Tierra de Jesús)
(Fotografia : Grupo Tierra Santa)

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