Mientras el asunto de la construcción de la Mezquita en la zona Cero de Nueva York aún alimenta el debate del multiculturalismo y el respeto religioso, el Gobierno noruego ha tomado una decisión histórica y ejemplar.
Según ha anunciado su ministro de Asuntos Exteriores Jonas Gahr Stor, el gobierno rechaza las donaciones millonarias de Arabia Saudí para financiar la construcción de mezquitas en Noruega. Como país democrático, la legislación noruega permite la construcción de cualquier templo religioso que quieran construir sus habitantes, pero debe ser la Adminsitración central la encargada de aprobar el apoyo financiero de estos proyectos, evitando que se incurra en cualquier tipo de delito.
Y precisamente ahí es donde han dado la estocada a los millonarios saudíes que solicitaron financiar con decenas de millones templos islámicos. Según recoge el diario Vg Nett, su responsable de Exteriores ha justificado esta decisión: "Sería una paradoja, y antinatural aceptar las fuentes de financiación de un país donde no hay libertad religiosa" asegura. Además, señaló el origen de su dictamen en que: "Podríamos haber dicho que no, pero la aceptación de ese dinero sería una paradoja, ya que una comunidad cristiana que se asienta en Arabia Saudí está cometiendo un delito" dijo, recordando la expresa prohibición del país árabe a la construcción de iglesias, entre otros.
Jonas Gahr Stor asume que se trata de una problemática común al resto de países europeos, y anuncia que "Noruega llevará el asunto ante el Consejo de Europa" donde defenderá esta decisión basada en la más estricta reciprocidad con los sauditas.
¡Así se hace! ¿que se han imaginado los saudíes?
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