jueves, 3 de agosto de 2006

De nuevo Ibn Arabí

No puedo prescindir de tener una cierta preminencia por la tierra en la que pasé mi infancia y adolescencia, por eso retorno de nuevo al pensamiento de Ibn Arabí, del que os pongo de nuevo una breve reseña y una frase dedicada al análisis individual.
Lejos de Murcia, su cuna natal, en la ciudad de Damasco, moría en 1240, el murciano más universal de todos: Muhidin Ibn-al-Arabí, compañero de exilio de Al-Qartayanní. Fue, acaso, el mortal que más experiencia divina tuvo, dato que pudo corroborar personalmente el mismísimo Averroes, quien únicamente por la vía de su aristotélica razón podía asumir la idea del Único. Hoy, su tumba de Damasco es lugar de peregrinaciones y congregación de creyentes en busca de cura milagrosa o edificación interior.
“No hay bondad en un amor si la razón lo gobierna”

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