Unos policías lo encontraron tirado en el suelo y pensaron que estaba
muerto. Incluso llamaron a la camioneta de la “morgue” para trasladar su
cuerpo. Pero en el trayecto, uno de los policías lo escuchó respirar
roncamente y de inmediato lo trasladaron a un hospital. Allí, los
médicos encontraron un cuadro terrible: el joven no tenía rostro; sus
ojos habían sido golpeados terriblemente; su cráneo, sus piernas y sus
brazos estaban rotos; su nariz colgaba de su cara; había perdido sus
dientes y los huesos de su mandíbula estaban desprendidos del cráneo...
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