Fue el símbolo de la batalla del aborto en los Estados Unidos. Utilizada por las feministas, se pasó 14 años de ‘noche oscura’ “enganchada a la botella de vodka”. Hoy enarbola la bandera de la vida y denuncia a los que la “utilizaron”: “si hubiéramos sabido lo que sabemos hoy, jamás habríamos abortado”. Convertida a la fe católica en
Embarazada, pobre, falta de formación y desesperada, Norma Mc Corvey cayó en manos de dos jóvenes y ambiciosos abogados. Querían un caso extremo que obligara a cambiar
Norma McCorvey afirma sentirse “seriamente utilizada” por las abogadas Sarah Weddington y Linda Coffe que hicieron de su caso una bandera política. La dijeron que las mujeres deben de controlar su propio sistema reproductivo. “Me sentí muy utilizada por los proabortistas, pero mucho; todavía me sigo sintiendo utilizada hoy en día”, reconoce. Finalmente la sentencia llegó tarde y Norma llegó a tener a su hija, a la que entregó en adopción. “Nunca llegué a abortar; llevé a la niña a término. Pesó
El 22 de enero de 1973
A las feministas radicales no les importó su caso ni su hijo. Habían ganado la ‘causa’. ¿Cuáles fueron las mentiras que los proabortistas utilizaron en esos momentos? “Las dos abogadas me dijeron que sería una buena cosa que las mujeres pudieran elegir si tener el niño o no tenerlo; y yo entonces pensaba lo mismo”, responde Mc Corvey.
Finalmente, en 1991 comenzó a trabajar en clínicas de aborto de Dallas. Era la contraprestación por utilizarla en la ‘causa’ proabortista. En las primeras dos clínicas como telefonista. En la tercera y la cuarta como “colaboradora”. “Me enviaban a las mujeres cuando se sentían tristes”, señala.
Era la gran mentira al servicio del negocio... y así está comprobado.
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