Africa existe y cada vez su voz se alza con mas fuerza mediante melancolicos ritmos, interpelandonos para que reconozcamos su potencial humano.Ellos pueden enviarnos una maravillosa mercancía que no tiene precio, la sosnrisa de sus niños,con ella podremos vacunar a los nuestros contra el prematuro racionalismo al que son inducidos por nuestra forma de vida inconsecuente.
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