En muchos lugares se ha consolidado la falsa idea de que no resulta conveniente hablar a otras personas de las propias convicciones religiosas. Equivale —dicen— a entrometerse en la conducta privada de los demás, atentando a la intimidad de cada uno. Debemos rechazar semejante actitud y estar siempre dispuestos a dar razón de la esperanza de nuestra vocación cristiana[4], con sinceros deseos de que resuene en los oídos de nuestros parientes, amigos y conocidos la buena nueva de la salvación.
No hay que conformarse con el testimonio del ejemplo, porque el ejemplo solo —siendo indispensable— no basta. Recordemos el reproche del Señor a quienes no advertían al pueblo de los peligros de la idolatría: son perros mudos, incapaces de ladrar, somnolientos, tumbados, amigos de dormitar[5].
The lonely night dreaming of a song
ResponderEliminarMaravilloso!
Cuando ere chica, mi mamá escuchaba a Nat....Me recordaste esa época de Gregory Peck, Rod Hudson, la del pelito corto...Doris Day!!!...y tantos que hicieron cine...y qué cine!
Yo no me perdía una peli, bah...mi mamá las veía y yo aprendí a querer aquellos héroes del cine norteamericano.
Igual que estos músicos, clásicos, irremplazables.
Realmente, una canción bellísima.
Sweets dreams!
And... Preparing your answers
:)